EUROCOPA 2016: ESPAÑA 1-0 REPÚBLICA CHECA

Piqué, marca España

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Los jugadores de la selección celebran el gol de Piqué. (Reuters)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Piqué cierra el debate. Piqué es marca España. Piqué templó los nervios de un país que se tiraba de los pelos porque el gol no llegaba. Y llegó con Piqué, el primero de los españoles. Piqué, héroe nacional del debut de España en la Eurocopa. Piqué campeador.

Del Bosque votó a De Gea y botó a Casillas. Normal. Entre un portero en su plenitud y un portero en su decadencia la elección era sencilla. No había debate. Tampoco en la defensa, con los cuatro fijos del seleccionador: Juanfran, Piqué, Ramos y Jordi Alba. Es lo que hay.

Por delante, Busquets ejerciendo de fontanero para tapar todos los agujeros, escoltado por Fábregas e Iniesta en la construcción. En los costados y con libertad de movimientos a pierna cambiada, Silva y Nolito. Y arriba, con el pelo recién cortado por Sergio Ramos, Morata, el ojito derecho de Vicente del Bosque.

España salió al trote cochinero, mire usté, como Rajoy en su paseo matutino, y la República Checa tenía más clara su estrategia que Pablo Iglesias en las elecciones: repliegue intensivo, balón rápido y salida rápida a la contra. Y les funcionó, porque botaron dos córners en los primeros cinco minutos. Sufría La Roja.

A los siete minutos, España tejió su primera jugada decente de ataque, después de que los pequeñitos se congraciaran con la pelota. La diagonal de Nolito acabó en los pies de Morata, que falló el mano a mano, pero no se alarmen: estaba en fuera de juego, una infracción que el protegido de Del Bosque comete con asiduidad.

‘Pipita’ Morata

Los cinco medios de la República Checa tejían un telar impenetrable para España. Tocábamos con paciencia y sin peligro, inclinando el juego por inercia hacia el área de Cech. Al cuarto de hora Morata se volvió a reencarnar en Higuaín. Un cambio de orientación de Sergio Ramos acabló en los pies de Juanfran, que conectó con Silva dentro del área. El canario sirvió en bandeja el 1-0 al Pipita Morata, pero su remate en boca de gol se estrelló contra el corpachón de Cech.

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Morata tira al muñeco en boca de gol. (Reuters)

Los checos retrocedían hacia su propio Abismo de Helm. España asediaba, pero nos faltaba un orco arriba. Iniesta empezó a gobernar el duelo en silencio y con sus pases hacia espacios que sólo existen en su imaginación. Pero La Roja no remataba. Iniesta empezó a gobernar el partido con su bota de seda. A los 28 Morata, otra vez en fuera de juego –su posición natural–, se valió de su posición para sacarse un disparo cruzado bastante decente que despejó abajo Cech.

España cocinaba el gol, con los checos descaradamente refugiados en su área. Nos fallaba sólo el último pase o, en su defecto, el remate. A los 34 la primera filigrana de un Nolito timorato la desperdició Busquets con una volea que se fue al cielo de Toulouse. El gol se le resistía a La Roja como un crucigrama a un estudiante de la ESO.

A los 39 la tuvo Jordi Alba dentro del área, pero su disparo más centrado que Albert Rivera lo rechazó Cech, igual que un mano a mano ante Silva un minuto después. Al filo del descanso, las cámaras enfocaron a De Gea por primera vez. El meta español atajó en dos tiempos un disparo de Necid, que partía de fuera de juego. Y en ésas nos cayó encima el descanso.

España acelera

Iniesta salió dispuesto a sentenciar el partido por la vía rápida en la segunda parte. Asistió a Morata en el primer minuto, se plantó solo en el área se entretuvo y su centro casi lo convierte en gol en propia puerta Hubnik sin querer, pero su autogol murió en el palo izquierdo de Cech. Del córner nació un barullo que a punto estuvo de convertir Ramos en el 1-0, pero un defensa checo se cruzó en su camino.

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Sergio Ramos, a punto de marcar el 1-0. (Reuters)

España acosaba el área checa, pero Morata se desesperaba de impotencia mientras Del Bosque ponía a calentar a Lucas Vázquez, Thiago y Aduriz. En el 56 Hubnik, el calvo viejuno con pelo a los lados, rondó el gol, esta vez en la portería buena, pero los alargados brazos de De Gea evitaron males mayores para La Roja. Sí, España tiene portero.

Respondió Iniesta con un disparo lejano, pero el tanto de Stamford Bridge sólo lo ha metido una vez. Del Bosque sacó del campo a Morata, con la pólvora mojada, y dio entrada a Aduriz en busca del gol perdido. Estábamos en el 63 y seguíamos 0-0. A los 65 la República Checa nos puso el corazón en un puño con una ocasión a balón parado que sacó Fábregas bajo palos.

La precipitación y un ápice de precipitación empezaban a apoderarse de España. El dominio de La Roja podía volverse en contra en una contra, valga la redundancia. Del Bosque metía a Thiago por un intrascendente Fábregas. Jordi Alba se hacía un lío en boca de gol ante el omnipresente Hubik.

Al borde de un ataque de nervios

La siguiente la falló Silva después de una jugada coral capitaneada por Iniesta. El canario sentó a un checo, pero su disparo se fue a la derecha de la portería de Cech. A los 76 una acrobática chilena de Aduriz (en fuera de juego) se marchó muy desviada. Suma y sigue. Y sufre. Luego otra de Aduriz y una de Thiago, que se recreó dentro del área y se le adelantó  un defensor checo. España merecía el gol desde hacía rato.

Demasiada taquicardia para el partido inaugural. Pedro suplía a Nolito y Del Bosque agotaba los cambios. Lucas Vázquez se quedaba inédito. A España se le acababa el tiempo para desactivar la bomba de un empate en el debut. Rosicky casi marca en propia puerta en el 85. Vaya sufrimiento.

Y entonces apareció Piqué, el primero de los españoles, para abrir de una puñetera vez la lata de la República Checa. Fue después de una gran asistencia de Iniesta y un remate certero en el segundo palo. Lo merecía España y lo merecía Piqué. Porque Piqué es la marca España. Era el 88 y España, la España de Piqué, abría el marcador.

En el descuento De Gea sacó una mano salvadora para cuidar el 1-0 de España, porque De Gea también es marca España y es un porterazo que va a defender durante muchos años la portería de la selección y puede que del Real Madrid. Moleste a quien moleste.

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